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sábado, 30 de abril de 2011

Ernesto Sabato

Extraído de www.ole.com.ar (30-04-2011)

Ernesto recibió honores en Argentina, Francia, Alemania, Israel, Colombia, Italia… En 1984 le dieron el Premio Miguel de Cervantes, segundo argentino en ganarlo (Borges, el otro). Como estaba previsto, a pesar de su defunción, será homenajeado en la Feria del Libro de Buenos Aires. Esposo de Matilde Kusminsky Richter, padre de Jorge Federico y Mario, murió en su casa, en la tranquilidad de su hogar.

Final de su ensayo “Fobal del grande”, para entender cómo sentía y vivía el fútbol: “Una tarde, al intervalo, la Chancha le decía a Lalín: cruzámela, viejo, que entro y hago gol. Empieza el segundo jastáin, Lalín se la cruza, en efeto, y el negro la agarra, entra y hace gol, tal como se lo había dicho. Volvió Seoane con lo brazo abierto, corriendo hacia Lalín, gritándole: viste, Lalín, viste, y Lalín contestó sí pero yo no me divierto. Ahí tené, si se quiere, todo el problema del fóbal criollo”

Para agregar me resta:

…“Si pero yo no me divierto”…. Ahí tené, si se quiere, todo el problema de los grandes de la Argentina. Se fue nomás, a otra dimensión, creo imaginarme el Túnel.

Un recuerdo mas, un día en un reportaje televisivo en que lo vi, decía: “después de un terremoto en Chile, una mujer comenzó a barrer el frente de lo que quedaba de su casa, y agregó: que me importan la ecuación de los aminoácidos, ahí esta todo, la mujer ya había empezado, inmediatamente luego del horror, la reconstrucción, la esperanza, la entereza…. Que me vienen con los aminoácidos” mas o menos es lo que recuerdo de aquel reportaje en el año 98, cuya reflexión hoy me sigue impactando.

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