Casa embrujada
Era la única casa abandonada y embrujada del pueblo. Un pueblerino coloco un cartel, sobre la puerta de entrada, que advertía:”Antes de entrar, recuerde que Usted, puede recibir cualquier tipo de embrujo, en su cuerpo, cabeza, pie o alma”.
Entre, ignorando absolutamente el cartel, recorrí distraídamente la casa, por unos minutos. Al retirarme, un fuerte y fétido olor me acompañaba. No tuve mas remedio que quitarme el zapato y limpiar su suela contra un borde.
El cartel no estaba allí en vano, el influjo se cumplió, doy fe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario