OXIMORON
Tomo la
hoja recién impresa con desidia, sujetándola con ambas manos, luego extendió
sus brazos con el fin de leer bien, la presbicia le hacia fruncir el entrecejo,
no la notificación de despido.
Muchos
años le llevo ocupar ese lugar, el de administrador general, comprender el
cargo no es sencillo. Todo comenzó en sus años mozos, cuando era un simple
asistente de secretariado, allí dio su primer paso, denunciando al viejo
secretario González. Como no podía ser de otra manera fue un lunes a primera
hora, el motivo, la constante la falta de actitud para con la empresa y con él,
producto de la dejadez del ya viejo González, a punto de jubilarse.
En
consecuencia el viejo González resulto derivado a un área menor, esto lo
mantuvo perturbado más o menos por una semana, eran los últimos restos de cierta honesta
humanidad de la que sabia que debía despojarse.
Excusarse ante
los demás compañeros resulto mas dificultoso de lo que imagino, para librarse
de las molestas miradas acusadoras, tenia
que encontrar una excusa creíble, intuía que un ambiente hostil no le
permitiría un normal desarrollo de ascensión - “yo no quise acusarlo a
González, solo quería buscar el bien de la empresa, si le va bien a la empresa
nos va bien a todos , no fue mi intención, no lo pensé bien, debería haber
hablado con González, les pido perdón” - decía esto, con un brillo en los ojos que
lograba conmover.
Con el tiempo alcanzo
la meta que se había propuesto, ser temido, el temor confiere respeto sin
importar el rango jerárquico, no en vano releyó el “Príncipe” una y otra vez.
Las buenas costumbres, puntualidad, pulcritud reforzaron su personalidad, con
mucha paciencia culmino en la confusa dualidad, de saberse
indescifrable. Algunos justificaban sus actitudes y otros la condenaban, en
ocasiones se invertían los bandos, acusadores devenían en defensores, su astucia la clave, frases como “el tipo se
lo gano….” y “es una rata cínica…” constituían el debate diario de la
oficina.
Los siguientes
ascensos fueron lógicamente predecibles durante largos años, hasta ubicarlo en
el escritorio del directorio, leyendo una notificación mas de las tantas leídas. Treinta y
ocho años de carrera contemplaban la nota, esta era especial, la
notificación de despido de Sánchez, después de él, el empleado más viejo.
Sánchez,
transcurrió en el simple anonimato su vida de empleado, sumiso si los había,
puntual, inofensivo. Sánchez encajaba perfectamente en el sistema y la empresa.
Mientras releía la
notificación, la intuición le rescato de la memoria una cita de su antiguo
jefe: “Cualquier maquinaria requiere
periódicamente cambios de piezas, aun de piezas claves, para funcionar a la
perfección”. Sánchez de algún modo lo era, pero estaba viejo para el puesto, el
nuevo postulante de veintidós años emanaba brillo. Se le ocurrió esta imagen “este
muchacho es como un engranaje nuevo, de
relucientes dientes dispuestos a encajar en la maquinaria.”
El recuerdo de su
jefe y la imagen comparativa, disipo toda duda con respecto a Sánchez. Al igual
que en sus inicios, algunas reminiscencias de compasión humana se
entremezclaron con sus funciones, en tantos años alguna navidad compartida con
Sánchez lo disturbo (un error que nunca se perdono, un buen jefe jamás comparte
algo con sus dirigidos). Bendijo su imaginación.
En el momento de
sellar y firmar la notificación de despido, el teléfono interrumpió su pacifica
tranquilidad. Con elegancia y parsimonia levanto el tubo.
-
Hola, quien habla, ah Juancito que haces, como andas, tus cosas
bien?-
-- Si todo bien, te llamaba para
invitarte a jugar al Golf el domingo a la tarde –
- Te agradezco pero sabes que no puedo, tengo
la misa de las cinco, y vos sabes
que si
falto no me lo perdono, además después con mi señora pensamos en ir a
Caritas, a
dejar algunas ropitas viejas de los chicos que están grandes ya -
-- Cierto, me
había olvidado que no faltas nunca a misa, ah y…siempre tan solidario
vos --
Después de un par
de risas jocosas, la conversación derivo en torno a los negocios.
Sánchez fue despedido
a los cincuenta y ocho años.
Me parece bueno el relato, te felicito Alceo.
ResponderBorrarQue recibas un buen año entre letras....feliz año 2012.
EPEV- Poerrante
Gracias poeta errante, no te conozco pero gracias. Valoro mucho te elogio.
ResponderBorrarEs un relato tremendamente actual, y a la vez, universal. Actual porque cada día sabemos de esta demencia egoísta, crecen la venta de coches de lujo en plena crisis, recortan a los pobres para beneficiar a los proyectos liberales, etc.... el ser humano tiene una dimensión solidaria luminosa, pero que habla con vos tenue, y otra egoísta, que puede desarrollarse hasta hundirla en el silencio. Me gusta. Gracias por pasarte por Karcoma.
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